Los perros utilizan su brújula interna para orinar y defecar y encuentran su posición perfecta en función de los campos magnéticos de la Tierra.
Nuestro fieles compañeros son mucho más selectivos de lo que pensamos. No es un capricho que den tantas vueltas antes de “hacer sus necesidades”. Además de tener un olfato y un oído mucho más perfeccionado que el nuestro, se ha comprobado que también tienen sensibilidad magnética.
Su comportamiento puede resultar cómico e incluso algo ridículo, pero tiene una explicación. Un grupo de investigadores alemanes y checos ha estudiado con mucha paciencia durante dos años la dirección que adoptaban 70 perros en el momento de orinar (5.582 exámenes para ser exactos) y de defecar (1.893 pruebas). El objetivo de esta experiencia ha sido entender mejor este extraño “sexto sentido” que manifiestan algunos animales, la magnetorrecepción. No son los únicos que lo poseen, ya se tenían datos acerca de otros animales como las vacas, las abejas, las hormigas o los salmones, pero es la primera vez que se descubre que los perros poseen esta sensibilidad magnética y supone ampliar horizontes en el conocimiento de este misterio.
Los resultados no han dejado de sorprender y han desvelado que los perros, tanto machos como hembras, prefieren alinearse con el eje norte-sur de la Tierra, en condiciones calmadas del campo magnético, y que además evitan la dirección este-oeste. Eso sí, la “complicada” elección de los machos de levantar la pierna izquierda o la derecha hace que existan algunas pequeñas diferencias en el caso de la micción. Y quizás el dato más sorprendente es que el comportamiento de los canes se modifica cuando también cambia el magnetismo terrestre, lo que significa que son capaces de responder a las variaciones del campo magnético de la Tierra.
El verdadero enigma de toda esta investigación es si los perros se alinean con el campo magnético de forma consciente o lo hacen de manera innata.
¿Tú qué opinas? Igual tu perro tiene la respuesta…